domingo, 26 de junio de 2011

Intúyeme

Sé que pensar en ti no me beneficia. Sé que ni tú, ni tus palabras me benefician. Sé que creer que eres alguien en mi vida no me llevará más que a hundirme en un hoyo sin salida.

Sé que sólo te pienso porque estás ahí, en algún plano paralelo, que yo he acercado a mí, pero en el que te encuentras a años luz. Sé que me estremezco pensando que tu proyección me toca, y que eso sólo está en mi imaginación. Sé que yo no soy para ti, lo que tú eres para mí, y que no hay forma de hacerte entender cómo he llegado a esta stuación. Sé que no estás para mí. Sé que no eres quién para mí. Sé que no soy nada para ti, y aún así, te cuido.

Estoy del otro lado del muro superponiendo mi manto en tus acciones, pensando que necesitas alguien que te acolche. Estoy en medio de la penumbra vigilando que no te tropieces con lo que no ves. Soy la mano que sujeta el farol que a duras penas te deja ver... pero sólo lo soy desde este lado del muro. Del otro lado, no puedo hacer nada. No me ves, ni me sientes, ni me oyes.

Es cierto que podría haberme hecho notar. Podría haberte tarareado melodías de fondo para que notases que no estás solo. Podría haberte enviado brisas marianas para que olieses nuevos momentos... pero me quedé quieta... me quedé paralizada mirando cómo pasa la vida delante de mí, como ya vengo acostumbrada a hacer. Me quedé mirándote en la oscuridad... sólo para sentirme mejor. Me quedé aquí helada, sólo porque la posibilidad de tu rechazo me impide mover ninguna articulación.

Nunca lo sabrás, pero yo te he construido una alfombra de plumas sobre la que caerte... pena que tú ni lo hayas notado.

domingo, 12 de junio de 2011

Rememórame

Hay recuerdos que se acumulan en lugares… posándose en las esquinas de ciudades esperando que vuelvas a sacudirlos como si de polvo se tratasen. Ciudades donde los recuerdos son los telones de fondo donde fueron vividos y, las personas que los desencadenaron, fantasmas de los que apenas recuerdas sus rasgos. Fantasmas a los que telefonearías sin problemas porque, los recuerdos que dejaron, fueron amables... y fantasmas de los que acabas olvidando que sus intenciones eran perversas.

Existen otro tipo de recuerdos, sin embargo, que vienen a ti como siluetas, sin localización, ni espacio, ni tiempo. Son vivencias patentes que te visitan día a día y de las que no te puedes deshacer. Vivencias poco agradables que generaron personas que valoras como las mejores que pasaron por tu vida.

Curioso es, al final, que no acabes relacionando a las personas por lo que hicieron, sino por como eran. Curioso es, que sigas apreciando a las personas que más lágrimas te hicieron brotar. Curiosos son los recuerdos con los que decides quedarte, frente a los recuerdos que deshechas... porque caprichosos y curiosos son los ojos con los que decides vivir tus sensaciones.

Y de todo lo que recibes o has decidido prescindir, al final sales tú, tú y tu modo de afrontar las situaciones. Y salen tus ideas preconcebidas, como la de que si tu fondo es honrado, recibirás bondad... o como la de que si eres generoso, recibirás aprecio.

Y, a pesar de todo, finalmente ves que la moral inculcada puede ser más o menos extensa, pero que las reglas del juego que cada persona acata guardan diferencias sustanciales. Al final ves, que tú estás sola en tu juego de moralidad y el resto de las personas están con ellas mismas. Al final ves, que no es que tú seas una persona solitaria, sino que el mundo se ha vuelto individualista... aunque no estoy muy segura de si en algún momento no lo fue más que por razones interesadas y egoístas.