miércoles, 25 de mayo de 2011

Desvincúlame

Podría hablarte y contarte a su vez todas aquellas cosas que se pasean por mi mente al aparecer tu imagen. Podría acercarme y abrirme por primera vez como si la sinceridad no tuviese consecuencias. Podría escucharte y reforzarte con cada palabra que te hiciese llegar.

Y, sin embargo, he preferido callarme y alejarme de ti. Esa historia que te quiero contar hoy, es la historia de quien soy. La que se aleja cuando intuye que las variables la superan. La que calla cuando no quiere descubrirse ante los hechos. La que sabe lo que le gustaría pero cuyos deseos se ven enmudecidos por un torturante escudo protector que roza algunas veces el orgullo.

Trotadora de mundo, conocedora de nada y cicatrizadora de heridas abiertas... ni sé dónde estoy ni dónde pretendo llegar. Me hablas de abismos y de inmensidades que te aterran... y yo ni siquiera he sido capaz de contarte que me llevo sintiendo así demasiado tiempo. Me hablas de sentimientos confusos y de madejas de contradicciones... como si yo no estuviera atrapada todavía entre hilos de punto de cruz y lanas de oveja natural. Me hablas sin que sea capaz de hablarte de mí, fingiendo entre frase y frase que soy distendida y extrovertida. Me hablas desde tu mundo, interesándote por ti y tus circunstancias, mientras yo te oteo en mi lejanía y te intuyo en tu universo paralelo.

Nunca te dije que yo no estuviera igual que tú. Cierto es que me lo callé. No te hablé de mis turbulencias... porque no creía que fuera adeuado. Y creo saber porqué... egoísmo. Ni me quería enfrentar a ello, ni quería influir más de lo necesario en tus decisiones, ni tenía la confianza necesaria para que me vieras como soy. No pretendo ocultarme, no pretendo engañarte, no pretendo protegerme. No pretendo... y aún así lo hago. No pretendo... y aún así te fallo. Crees que eres el único que te torturas... bienvenido a mi mundo. Crees que eres el único que no es capaz de sacar sus obligaciones adelante... bienvenido a mi ciudad. Crees que eres el único que sabe que hay algo más que lo que el mundo que tiene alrededor le exige hacer ahora... bienvenido a mi barrio.

¿Creer que esto tiene que acabar? Te agradecería que lo hicieras. Porque no te conozco, pero me encantaría hacerlo. Porque no sé nada de ti, pero es como si vivieras una vida paralela a mí. Porque no sé que me ha pasado, pero sí que es más grande que yo.

Por eso sólo puedo decirte que tienes razón and This has got to die. Y al decírtelo, volveré a mi crisálida. Al decírtelo se volverá a apagar la luz. Todos encontramos un sitio al que volver cuando nos atrevemos a descubrirnos. Yo no me he alejado tanto del mío. Yo no... yo no quiero conocerte más.

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