Juego de Mimos
martes, 27 de marzo de 2012
El centro del universo
Posiciónate
miércoles, 10 de agosto de 2011
Ámate
Cambias. Un día te miras y reconoces aquello que has estado viendo durante largo tiempo, y te das cuenta de que ya no eres la misma. Siempre miras hacia atrás, pensando que las cosas fueron como fueron, que ya está y, hasta ahora, no has sido capaz de darte cuenta de que eres mejor por lo que te ha pasado.
Ya no eres la chiquilla que se comía el mundo a patadas, llevándose la razón a su terreno y tapándose los oídos para no escuchar otras razones. Ahora actúas de otra forma, que te gusta más y con la que te sientes mejor. Ahora ya no eres quien fuiste, aunque tardaste en darte cuenta.
martes, 9 de agosto de 2011
Recuérdate
La perspectiva es el punto en el camino desde el que te giras para ver lo que ya has caminado. La perspectiva es el trozo de plástico con el que te deslizas nieve abajo, alejándote de aquel momento en el que tú eras la protagonista de una película de numerosos desengaños amorosos, esa protagonista que hablaba y pensaba sin actuar y a la que todo le salía bien. La perspectiva es el punto de referencia de tu sistema internacional.
domingo, 26 de junio de 2011
Intúyeme
domingo, 12 de junio de 2011
Rememórame
Existen otro tipo de recuerdos, sin embargo, que vienen a ti como siluetas, sin localización, ni espacio, ni tiempo. Son vivencias patentes que te visitan día a día y de las que no te puedes deshacer. Vivencias poco agradables que generaron personas que valoras como las mejores que pasaron por tu vida.
Curioso es, al final, que no acabes relacionando a las personas por lo que hicieron, sino por como eran. Curioso es, que sigas apreciando a las personas que más lágrimas te hicieron brotar. Curiosos son los recuerdos con los que decides quedarte, frente a los recuerdos que deshechas... porque caprichosos y curiosos son los ojos con los que decides vivir tus sensaciones.
Y de todo lo que recibes o has decidido prescindir, al final sales tú, tú y tu modo de afrontar las situaciones. Y salen tus ideas preconcebidas, como la de que si tu fondo es honrado, recibirás bondad... o como la de que si eres generoso, recibirás aprecio.
Y, a pesar de todo, finalmente ves que la moral inculcada puede ser más o menos extensa, pero que las reglas del juego que cada persona acata guardan diferencias sustanciales. Al final ves, que tú estás sola en tu juego de moralidad y el resto de las personas están con ellas mismas. Al final ves, que no es que tú seas una persona solitaria, sino que el mundo se ha vuelto individualista... aunque no estoy muy segura de si en algún momento no lo fue más que por razones interesadas y egoístas.
martes, 31 de mayo de 2011
Absórbeme
Gente que es tendente a dar, que sin más es generosa... gente que disfruta volcándose con los demás y la cuál disfruta de la sonrisa sincera de quien tiene delante. Gente que, por desgracia, suele ser el blanco de numerosos parásitos sociales. Parásitos disfrazados de personas risueñas y llenas de energía... sujetos que aparentemente dan, pero que únicamente se dedican a absorberte y a eludir posibles muestras de reciprocidad.
Sin embargo, por mucho que veas cómo se aprovechan de ti... eres incapaz de albergar rencor. Eres incapaz de interiorizar sentimientos tan extendido para ti misma... y en su defecto, empiezas a saborear lo amargura de las interacciones humanas. Empiezas a acumular experiencias que aumentan la saturación de tu mirada... rozando una percepción en escala de grises. Te gustaría entonces poder olvidar lo aprendido con lo vivido. Te gustaría poder convertirte en amnésico... para poder ver a las personas con una mirada nueva e inocente.
Ven y descúbreme una experiencia llena de bondad, una experiencia que me muestre que el ser humano no es un animal social únicamente por necesidad... necesidad de que lo amen, necesidad de que le ayuden, necesidad de saciar procesos biológicos... ven y descúbreme que, en algún momento de la historia, la necesidad fue pervertida y el ser humano alcanzó la cualidad de la sociabilidad... ven y muéstrame cuán equivocada estoy, mirando a través de mis ojos tristemente ennegrecidos, la realidad coloreada con colores vitales.
jueves, 26 de mayo de 2011
Desvanéceme
Hasta que llegaste, vivía en una nube indolora, en la que la respuesta a todo era una sonriente carcajada, en la que con paciencia todo se sobrellevaba y en la que se auguraba un futuro mejor. Un pequeño ecosistema que no compartir con nadie, un universo hecho a mi medida en el que acurrucarme, una atmósfera propia que no explicar al visitante.
Pero tenías que llegar tú… y con tu presencia recordarme que hay una parte de mí acallada por las circunstancias. Tenías que llegar tú con tu sonrisa contagiosa a recordarme que, sin tu presencia, el mundo está a medio gas. Tenías que llegar tú para recordarme que haberme acostumbrado a lo que hay, no significa que sea lo que he estado deseando durante este tiempo.
Y agradezco que no tengas tiempo para pensarme... para poder olvidarte, deshaciéndome de las esperanzas que implicas y de la energía que me aportas. Agradezco que me obvies, para poder seguir encerrada en mi cápsula de flores de plástico. Agradezco que me omitas, para que mis lágrimas puedan correr sin sentimiento de derrota. Agradezco y te agradezco porque, habiendo desaparecido tú de mi escena, ya no hay qué plantear. Habiéndome deshecho de tu áurea, ya no te puedo anhelar.
Mis inquietudes no estarán, si tú no las despiertas. Mis penas no aflorarán sin tu mirar. Yo seguiré funcionando en mi personal modo automático mientras tú te mantengas fuera de mi mundo...
Y me sorprendo a mí misma reconociendo que prefiero vivir en modo artificial que quebrándome. Me sorprendo reconociendo que prefiero ser mole que electrón. Me sorprendo negando la realidad… a lo que tanto me he acostumbrado en los últimos años.
Porque no encuentro mayor perversión que la de negarse a uno mismo... y, por tanto, no encuentro mayor decrimento que el mío propio.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Desvincúlame
Y, sin embargo, he preferido callarme y alejarme de ti. Esa historia que te quiero contar hoy, es la historia de quien soy. La que se aleja cuando intuye que las variables la superan. La que calla cuando no quiere descubrirse ante los hechos. La que sabe lo que le gustaría pero cuyos deseos se ven enmudecidos por un torturante escudo protector que roza algunas veces el orgullo.
Trotadora de mundo, conocedora de nada y cicatrizadora de heridas abiertas... ni sé dónde estoy ni dónde pretendo llegar. Me hablas de abismos y de inmensidades que te aterran... y yo ni siquiera he sido capaz de contarte que me llevo sintiendo así demasiado tiempo. Me hablas de sentimientos confusos y de madejas de contradicciones... como si yo no estuviera atrapada todavía entre hilos de punto de cruz y lanas de oveja natural. Me hablas sin que sea capaz de hablarte de mí, fingiendo entre frase y frase que soy distendida y extrovertida. Me hablas desde tu mundo, interesándote por ti y tus circunstancias, mientras yo te oteo en mi lejanía y te intuyo en tu universo paralelo.
Nunca te dije que yo no estuviera igual que tú. Cierto es que me lo callé. No te hablé de mis turbulencias... porque no creía que fuera adeuado. Y creo saber porqué... egoísmo. Ni me quería enfrentar a ello, ni quería influir más de lo necesario en tus decisiones, ni tenía la confianza necesaria para que me vieras como soy. No pretendo ocultarme, no pretendo engañarte, no pretendo protegerme. No pretendo... y aún así lo hago. No pretendo... y aún así te fallo. Crees que eres el único que te torturas... bienvenido a mi mundo. Crees que eres el único que no es capaz de sacar sus obligaciones adelante... bienvenido a mi ciudad. Crees que eres el único que sabe que hay algo más que lo que el mundo que tiene alrededor le exige hacer ahora... bienvenido a mi barrio.
¿Creer que esto tiene que acabar? Te agradecería que lo hicieras. Porque no te conozco, pero me encantaría hacerlo. Porque no sé nada de ti, pero es como si vivieras una vida paralela a mí. Porque no sé que me ha pasado, pero sí que es más grande que yo.
Por eso sólo puedo decirte que tienes razón and This has got to die. Y al decírtelo, volveré a mi crisálida. Al decírtelo se volverá a apagar la luz. Todos encontramos un sitio al que volver cuando nos atrevemos a descubrirnos. Yo no me he alejado tanto del mío. Yo no... yo no quiero conocerte más.
martes, 24 de mayo de 2011
Soléame
Puede que consigas distraerte con pequeñas cosas. Puede que consigas que las horas resbalen entre tus dedos. Puede que, en pequeños instantes, consigas no ver lo que no hay a tu alrededor. Pero cuando abres los ojos... cuando te miras en el espejo recién salida de la ducha... cuando en una imagen no hay nada más que ver que el discurrir del agua por tu pelo y la tristeza que alberga tu mirada... no te queda más remedio que reconocerlo.
Finalmente lo has conseguido. Ya eres una de esas personas acostumbradas a vivir consigo mismas. Ya no tienes a nadie. Ya has conseguido que al estirar la mano no haya otra fuerza tirando por ti.
Situaciones en las que te encuentras en las que no te gustaría quedarte durante mucho tiempo... aunque sepas que se pueden contar por años. Situaciones que se suceden que ya te conoces y que prefieres abortar. Situaciones que vienen y se quedan... Situaciones que un día al pensar en ellas, te das cuenta de que han desaparecido. Situaciones, al fin y al cabo, que se convierten en un estado de vida.
viernes, 22 de abril de 2011
Acúsame
Es probable que fuera culpable. De hecho, desde aquí, entre almohadas y cojines, podría asegurarte que eres mi esperanza, mi prueba de que existen otros parajes por descubrir y de que, quizá alguno de ellos, será mi nueva tierra prometida... pero no me refería a que tuvieses que ser tú. Tú mi grato descampado de amapolas magentas, en el que la mariposas moradas se posarían en mis ropajes verdosos. Tú mi cielo amarillo y mis estrellas diamante. Tú mi postre con frambuesas del tiempo, tropezones de piña y zumo natural de naranja.
Y, aún con todas tus certezas hechas verdad, es posible que te tuviera que parar los pies... porque no, no creo por creer, no creo por ansiar, no creo por volar. Creo porque he visto lo que hay a mi alrededor... y no, no me gustó. Creo porque espero, deseo y, de no ser así, simplemente sonrío.
Pero te agradezco que te hubieras dado por aludido. Te agradezco que un día ondeases tu capa al olor de mi aroma de nenuco. Te agradezco que me mirases entre sueños, para luego acariciar mi cabello.
No soy una princesa. No para tus ojos. No para ti.
Nunca dije que tú me tuvieras que ver así. Nunca dije que tú me tuvieras que sentir. Nunca dije siquiera que debieras pasear tu corcel celeste por mi burbuja de ensueño.
Nunca te dije que yo no me sintiese princesa.
viernes, 8 de abril de 2011
Estréchame
Noto la intensidad de tu sombra en mi interior... y la encierro en su mundo. No debe salir. Noto la irradiancia de mis ganas de arroparte... y las echo a los leones. No debe trascender. Noto la inmensidad de mi pena por estar lejos de ti... y la dejo ir. No debe acurrucarse aquí.
Mentiría si dijese que mi memoria no te visualiza con asiduidad. Mentiría si dijese que no tengo nada que decirte. Mentiría si dijese que ya nada me une a ti...
Y por no mentirte tanto, ni tan seguido, te miento diciéndote que no quiero hablar contigo, que no me encuentro a gusto. Y por no volver a dejar mi orgullo por los suelos, me callo y no te cuento los sueños que mis ratos muertos tienen contigo. Y por no ser yo misma y no dejar así que vuelvas a hablarme con ese tono de superioridad, dejo pasar el tren otra vez... una de tantas... convirtiendo nuestra relación en esta estación fantasma, en la que ni la lluvia se detiene.
Una de esas estaciones por las que cuando pasas cierras los ojos. Uno de esos lugares de los que prefieres no recordar su luz. Una de esas atmósferas de las que prefieres no añorar su olor.
Tú eres para mí polvo de estrellas... que se ha quedado en mis poros y que al recibir los rayos del sol brilla. Polvo que cuando me muevo muy rápido se desprende y deja un halo por dónde he pasado. Polvo... de ese que no se ve, pero está.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Adivíname
te pienso en cada estrella,
te añoro en cada madrugar.
Me quedo mirando al infinito
y dejo el tiempo pasar,
pensando en que, en algún lugar,
ojalá te pudiera alcanzar.
Despiertas en mí esos sentimientos
que nadie más puede vislumbrar;
me ves así como soy,
sin más adornos ni antifaz.
Me conoces como si fueras parte de mí... pero nunca estarás a mi lado. Tengo palabras y palabras para relatarte... pero no tengo el valor para hacértelas llegar. Sé que te eché de mi vida, sin un aviso de embargo, y ahora no tengo derecho ninguno a pedirte regresar.
Hay ciertos sentimientos, ciertas certezas, que tenemos tan dentro de nosotros, que no conseguimos desprendernos de ellos. Hay verdades tan auténticas que no somos capaces ni de gesticular. Simplemente me quedo quieta, me paralizo sin más.
Me gustaría que aunque no te hiciese ningún guillo, pudieras leer mi mente. Me gustaría que aunque no oyeras mis palabras, sintieras latir mi corazón. Me gustaría que me encontrases bajo esta maraña de hilos en la que me he escondido... y me enseñases de nuevo el sol.
Pero lo que más me gustaría es que me pudieses adivinar.
Léeme
Pasas a ser un banco más de la colección del parque... de esos en los que los enamorados sólo se declaran en las películas; una farola de románticas calles nocturnas... de esas que se utilizan para cantar bajo la lluvia sólo en los musicales; una carta en tu mesilla de noche... de esas que sólo llegan a su destino en los libros.
Eres inerte, sientes inerte y piensas inerte. Nada de lo que puedas decir, ver u oír es de interés... porque has caído en tu vacío. Tú mismo has dejado pasar el tiempo y has olvidado que debías sembrar para recoger. Nacida de las nieves invernales de enero y viviendo en la nada anónima de la gran capital, tú misma has conseguido aquello que tanto anhelabas... la soledad.
Temiendo despertarte un día percatándote de que realmente a fuerza de decírtelo has conseguido perturbar tu mente, te encuentras en un mar sin salidas, en una colina enclaustrada o mismo en un paraíso envenenado.
No todo lo que deseamos es aquello que queremos. No todo lo que buscamos es lo que queremos conseguir. No todo lo que nos hace sonreír nos hace pasar un rato más agradable.